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30.7.08

Un viejo lobo que no motiva, es un pobre viejo lobo

Ahora que ya no soy viejo lobo tengo la oportunidad como secretario de grupo de escuchar a los papás: lo que valoran de sus viejos lobos, pero también las cosas que les parece que no funcionan.

Una queja que escucho con frecuencia es que un niño o una niña ya no quiere ir a la manada, ya no valora mucho ser lobato o lobezna y aun cuando ha comenzado a ausentarse los viejos lobos aparentemente no se enteran, no los llaman a sus casas, no les preguntan por qué ya no quieren ir, no les proponen algo divertido para que regresen.

En otras ocasiones la queja va en la línea de que un lobato y una lobezna se pone a trabajar en su cartilla, van contestando los ejercicios que vienen en ellas o que se han avocado a sus especialidades y cuando llegan con el viejo lobo, las mira de reojo, les contesta con un vago "oh, sí" y no pasa nada. Ni siquiera les entregan sus insignias de especialidad.

Creo que a veces los viejos lobos olvidamos algo que es fundamental: no sólo somos organizadores de actividades para pequeñas y pequeños: somos también motivadores y motivantes.

Todo ser humano, eso incluye especialmente a las niñas y los niños, requerimos motivación. Ésta en la infancia depende mucho, muchísimo, de los adultos.

Los scouters de manada debemos estar muy atentos a qué les pasa a los niños, si los entusiasma lo que están viviendo en la manada, si tienen ganas de algunos juegos, si su especialidad les "llena". Y ponerse las pilas cuando baje el entusiasmo.

Si bien es cierto que la permanencia en la manada es en última instancia una decisión personal de cada lobato y lobezna, también es cierto que depende mucho de que los viejos lobos que la motivación permanezca: hablar con ellos, felicitarlos, reconocerlos, llamarlos a su casa.

Es imperdonable que pase el tiempo y un scouter no sepa por qué un chico o chica ya no va a la manada, mucho más que ni siquiera haya intentado algo por renovar la vitalidad de su compromiso.

Si alguien no tiene tiempo o no tiene ganas de todos los días salir un poco de sí mismo para pensar en sus lobit@s, llamarles, preparar algo especial para cada uno individualmente, entonces no está en el momento de ser viejo lobo.

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