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8.6.08

Yo prometo hacer siempre lo mejor... (2)

2. ¿Cuándo es momento de que un niño empeñe su palabra y se comprometa?


Esta es una pregunta que no debería ser difícil responder, pero se ha ido prestando a polémica, especialmente porque siendo algo tan significativo para cualquier ex-lobato y viejo lobo, suscita mucho interés.

Durante mucho tiempo la promesa era hecha después de "pasar y aprobar algunos retos". En tanto esto no aconteciera, los lobeznos (así se llamaba a quienes no eran lobatos promesados, con "plenos derechos") se mantenían prácticamente "despielados".

Hoy hay consenso en gran parte del escultismo en que para comprometerse basta comprender el sentido de la promesa que se hará públicamente, y la ley que se promete cumplir. Baden Powell mismo, en la cuarta dentellada de su Manual de lobatos dice a éstos que para comprometerse Akela les deberá haber explicado la ley y las máximas y ellos deberían haber aprendido la fórmula de la promesa y el gran clamor, con el cual durante toda su vida de manada recordará el compromiso que ha establecido para con los demás y consigo mismo delante de Akela.

Los ordenamientos del Esquema Nacional de Programa Educativo de la ASMAC explicitan esta lógica, señalando que la promesa es una aceptación voluntaria de comprometerse con uno mismo, con los demás, con Dios y con la ley scout (en la infancia, la ley de la manada), por lo cual no es un asunto que dependa del juicio de otra persona para ser establecido.

En ese orden de ideas, quien decide cuándo comprometerse es el lobato mismo. Esto significa, en pocas palabras, que el viejo lobo puede alentar, motivar al niño o a la niña para que exprese públicamente lo que de por sí hace si asiste con gusto a las actividades de la manada, colabora con sus compañeros, mejora de alguna forma en casa y fuera de ella. Pero el scouter no puede ser quien decida si el lobato o la lobezna se comprometen o no.

Si la vida de la manada es normalmente atractiva, si los viejos lobos una y otra vez recuerdan la ley, las máximas y su sentido y se hace un buen camino de inducción con el Bienvenido a la manada, un lobato o una lobezna estarán en condición de comprometerse con la ceremonia de la promesa en un par de meses desde su ingreso a la manada.


Un paso más adelante: ¿qué se entrega cuando se hace la promesa? Hasta hace poco tiempo, pañoleta, insignias de grupo, provincia, motas para las calcetas... ¿qué se sugiere hoy?

Este texto continúa en: http://apuntesdeviejolobo.blogspot.com/2008/06/yo-prometo-hacer-siempre-lo-mejor-3.html

jrrv, mayo 2008

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