Dedicado a Javier, Kai, Iván, Chistes, Arturito, Brothersin, Pepe, Negro, Sebas, Pancho, Víctor (q.e.p.d) y Daniel (q.e.p.d.), por trascender en este Movimiento y ayudarme a ser mejor cada día…Gracias hermanitos.
Hacia 1998, en el Fuego Nuevo de ese año, un cachorro humano llegó a la Manada, invitado por un lobato (Memo, Karait), amigo de él. Acompañado de su hermano (quien se convertiría en el Hermano Gris de Mowgli y eventualmente en un Lobo Rampante) y sus padres, Alan García, se atrevió a pisar la Selva del Seonee.
La recepción fue magnífica, Akela, Baloo, Raksha, Bagheera, Tha y Kaa se encargaron de adoptar a este lobezno como un lobato dentro de la manda. Más tarde, su primo Sebastián (a quien posteriormente llamarían Oo) y su entrañable amigo Gerardo (Kotuko) fueron aceptados dentro de la Manada del Seonee. Durante su estancia ahí, Alan comenzó a desempeñarse en sus actividades, obteniendo su Promesa, compromiso que, sin duda alguna, lleva hasta el día de hoy. Pasados unos meses, se convirtió en Mysa, un búfalo malhumorado, característica peculiar en él, y así, no sólo en un lobato de la Manada, sino en un miembro de la Selva. Aprendió la Ley y en su momento, le correspondió dirigir la Seisena negra, adoptando, ahora, el nombre de Colmillo Rojo, hermano de Mowgli.
En su estancia en la Selva, Colmillo Rojo vivió inigualables aventuras acompañado de sus amigos lobatos, entre ellos Oo, Chua (su hermano, Hermano Gris posteriormente), Kotuko, Chuchundra (su hermanito Scout), y sus viejos lobos Baloo (ahora su Consejero de Clan y padrino Rover, así como un gran amigo y hermano), Akela (gran amigo a la fecha), y muchos otros seres de la Selva. En esta época, fue de cacería al gran Waingunga, ubicado en Las Estacas, Morelos; también, cazó en El Ocotal, en la Selva de Meztitla, y muchos otros maravillosos parajes, en los que fue creciendo y madurando. Sin embargo, llegó un momento en el que este lobato no cabía dentro de la Selva del Seonee, aunque si bien, había ya enseñado a cazar a muchos lobeznos y conocía a la perfección la Ley de la Selva, aquél cachorro humano necesitaba abandonar la Manada para regresar al Pueblo del Hombre, a su origen. Alan, llamado así a partir de ese momento, comenzó a aprender las costumbres de los hombres, aprendió a hacer nudos, amarres y muchas otras cosas que en la Selva no se enseñaban.
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Si quieres leer más de esta historia de cómo un cachorro se convirtió al paso del tiempo en un viejo lobo, ve a su sitio original, la página del grupo 50: http://www.gruposcout50.org/ser_testimonios_01.php
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