Es primero de noviembre... La fiesta religiosa de todos los santos, víspera de la de los fieles difuntos. Un par de días propicios para que mente y corazón traigan el recuerdo de los que han vivido y se han ido.
No tengo noticia de que alguno de los scouts que yo haya conocido sea difunto, pero he escuchado a mis amigos scouts de sus formadores o alguno de sus compañeros ya fallecidos. E invariablemente la conversación ha sido en torno a los momentos fuertes vividos con ellos: ¡nos siguen invitando a vivir la vida!
Además de las oraciones o cosa parecida que cada quien haga por los muertos, me parece que un justo homenaje para ellos es amar la vida como la amaron y nos la enseñaron a querer: la muerte nos acompaña en el esclarecimiento del sentido de vivir y en ello los valores de nuestra ley scout tienen mucho qué decir.
Honremos viviendo y apoyémonos en los valores universales que hemos aceptado practicar.
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