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9.2.09

O me pasas hoy a tropa o me paso yo solita

En una manada que conozco un día llegó Rikki Tikki Tavi con su Akela y le dijo: "O me pasas hoy a tropa o la próxima semana me paso yo solita y vengo ya de verde".


Era el mes de abril y la pequeña aducía que desde la posada de grupo ella ya le había dicho al viejo lobo que no quería ya estar en la manada. En cierta forma influido por los papás Akela la convenció de quedarse una "temporadita más" en lo que terminaba los requisitos para que se le tramitara la insignia de desarrollo óptimo, propia de la Asociación de Scouts de México, A. C., a la cual pertenece su grupo.


Ella, motivada por la posibilidad de la insignia y ante la presión de padres y viejos lobos aceptó, pero en el fondo con desagrado.


Vivió todavía tres meses erráticos como lobezna, su colaboración fue difícil, los viejos lobos indebidamente decidieron que no tenía méritos para su insignia (indebidamente porque la reglamentación no habla de "méritos" como requisito para ella) y al final se armó de valor, confrontó a su Akela y se fue. Por esas cosas que tiene la vida ella ya no siguió a la tropa en su grupo.

Ahora ella es tropera en otro grupo, muy contenta con chicas y chicos de su edad. Y espero que su ex-manada hoy sea más experta en "puentear" más oportunamente a sus cachorros a la aldea de los hombres.

A veces debemos decir no

Hace días una vieja loba de una manada mexicana consultaba en un foro de pares sobre qué hacer ante un caso que se presenta en su manada y que tiene que ver con un lobato que actua de manera diferente a los otros niños que atienden.

Ha habido respuestas con consejos y sugerencias diferentes, la mayoría muy buenos, la mayor parte de ellos señalan que cuando en una manada hay un pequeño o una pequeña que requiere atención especializada hay que hacer al menos tres cosas: tener mucho contacto con la familia, con el especialista que lleva el tratamiento y ponerse a estudiar y a aprender para que la intervención educativa de los viejos lobos pueda ser adecuada. Comparto, en lo general, estos criterios.

Creo, sin embargo, en que hay que hacer hincapie en la prudencia y la humildad que han de caracterizar a todo scouter: también se vale decir "NO, NO PODEMOS ATENDER A ALGUIEN EN ESA CIRCUNSTANCIA".

Se trata de prudencia, porque aceptar la participación de chicas y chicos cuyas circunstancias específicas no entendemos, es aceptar correr riesgos posiblemente innecesarios, en especial cuando nos encontramos al aire libre; de humildad, porque hay que reconocer nuestros límites, en especial si no tenemos el tiempo o la capacidad para formarnos para atender el caso específico que se nos presente.